En el Olímpico de Berlín, donde en 1936 Jesse Owens ganara sus cuatro oros olímpicos en las denominadas Olimpiadas de Hitler, el Real Madrid se impuso al Hertha de Berlín por 1-3, en su cuarto partido de pretemporada, el primero de su gira europea. Aunque evidentemente no se puede comparar una cosa con la otra: la magnitud de una gesta como la del atleta afroamericano con la victoria del Madrid ayer, por muy soberbio que estuviera Benzema, el hombre de la noche. El dato es puramente anecdótico.
El Hertha comenzó muy bien, poniendo en apuros al Madrid, y cerrados atrás, esperando las contras. De hecho fueron los protagonistas de las aproximaciones más claras al área rival, y, de hecho, comenzaron marcando. Era la primera vez en la pretemporada, en los cuatro partidos disputados, que los blancos comenzaban un partido por debajo en el marcador, y les tocaba remontar y así lo hicieron. Porque también saben hacerlo. Eso sí, el gol teutón pilló a la defensa descolocada, a contrapié, así que Mourinho ya sabe qué deberes marcar a los suyos en los entrenamientos.
Posteriormente, el árbitro se comió con papas un penalti sobre Callejón, pero al final no importó, porque a medida que pasaban los minutos, los alemanes estaba más cansados, y los blancos seguían a lo suyo, a buscar el gol, especialmente Benzema. Seguían buscando el espacio, sólo era cuestión de abrir la lata, y quién mejor para hacerlo que Cristiano Ronaldo, el que nunca perdona. Todo un golazo de falta por toda la escuadra, que hizo silenciar los pitidos de los aficionados germanos. Si cuanto más le pitan más se enchufa. Así que en Alemania también pitan al crack portugués pero él sigue respondiendo con goles.
Y cuatro minutos después llegó la recompensa para el más currante ayer en la escuadra merengue, para Karim Benzema. Un golazo, que vino tras un gran pase de Callejón al hueco –¡qué gran pretemporada está haciendo el canterano!- y el francés remata de primeras: un derechazo cruzado que parece anunciar que, por fin, éste puede ser el año de Karim, aunque mejor no decirlo muy alto para no gafarlo. Lo que sí podemos decir alto y claro es que la delantera madridista funciona, y eso que falta Higuaín.
Y tras la reanudación, llegó el tercero de los pupilos de Mourinho y el segundo en la cuenta personal de Benzema, tras una jugada en la que Khedira se la pone a huevo para que el de Lyon recorte magistralmente y defina como él sabe. Sin duda, éste fue el partido de Benzema: enchufadísimo, bien colocado, ágil, creativo, matador…y ¡rematador!
Y para terminar, otra anécdota que dejó el partido. Los jugadores del Real Madrid no llevaban publicidad en la camiseta porque en Alemania está prohibida la que hace referencia a las apuestas. Al verles, daba la sensación de haber vuelto al Madrid de principios de los 60, porque esta camiseta es como la que lucían los grandes Di Stéfano, Puskas y Gento, cuando no se llevaba ninguna marca en la elástica. Parecía una de las antiguas, las que ves cuando recorres las salas del Museo del Bernabéu, pero la diferencia es que quienes la visten ahora son Cristiano y compañía.