En ocasiones el fútbol es un buen ejemplo de la veracidad y la razón de ser que tienen los refranes y los dichos populares, y en esta ocasión el Real Madrid-Villarreal ha confirmado que ‘a la tercera va la vencida’. ¿Queréis saber por qué? Pues os voy a dar, como no, tres razones:
Después de que en el minuto 2 anularan correctamente un gol a Sergio Ramos por fuera de juego, un minuto después Di María puso el primero de sus pases a Benzema, que no llegó por poco, en lo que sería el preámbulo de la combinación franco-argentina. Y otro minuto después, una nueva jugada entre ambos, pero Karim no pudo recibir bien el centro del 22.
Fue en el minuto 5, a la tercera combinación entre Di María y Benzema, que llegó la vencida. Fue en ese instante cuando el francés logró el primero de la noche: un gran pase del argentino, al más puro estilo Xabi Alonso, cruzando medio campo desde la medular, que Karim baja con el pecho y define con genialidad, picándola por encima de un ex-madridista, Diego López. Por un momento pensé que Raúl había vuelto al Bernabéu, aunque con la cabeza rapada, claro. ¡Qué picardía la de Karim!
Después de que en el minuto 2 anularan correctamente un gol a Sergio Ramos por fuera de juego, un minuto después Di María puso el primero de sus pases a Benzema, que no llegó por poco, en lo que sería el preámbulo de la combinación franco-argentina. Y otro minuto después, una nueva jugada entre ambos, pero Karim no pudo recibir bien el centro del 22.
Fue en el minuto 5, a la tercera combinación entre Di María y Benzema, que llegó la vencida. Fue en ese instante cuando el francés logró el primero de la noche: un gran pase del argentino, al más puro estilo Xabi Alonso, cruzando medio campo desde la medular, que Karim baja con el pecho y define con genialidad, picándola por encima de un ex-madridista, Diego López. Por un momento pensé que Raúl había vuelto al Bernabéu, aunque con la cabeza rapada, claro. ¡Qué picardía la de Karim!
Pero Di María se iba a convertir en el protagonista del partido, no sólo por esta asistencia sino por la siguiente, ya en el minuto 10, en el segundo gol blanco, el de Kaká. Aunque antes de éste dio otros dos pases magníficos, uno a Cristiano Ronaldo y otro al propio Kaká. Como decía, el brasileño se encargó de marcar el segundo del Madrid: se escora en la frontal del área, se revuelve y la pone pegada al palo derecho de Diego López. ¡Cómo recuerda éste al mejor Kaká, el del Milán, el que muchos pensábamos que no disfrutaríamos en el Bernabéu! ¡Qué alegría verte de nuevo, crack!
Así que en una noche en la que Di María estuvo inmenso como asistente, a la tercera, es decir, el tercero lo marcó él. En el minuto 30, en una jugada que se inicia en un rechace tras un saque de esquina en el área del Madrid. Y los blancos hicieron una de las cosas que mejor saben hacer: la contra. La saca Kaká en el borde del área madridista, que encuentra a Marcelo, que combina con Benzema, que pone un pase increíble a Di María, que define con un zurdazo cruzado. Todo al primer toque, en tres toques, en tres pases. Porque, ya lo sabéis, a la tercera…Un auténtico golazo, y no tanto por la definición del argentino, que también, sino por toda la jugada. ¡Qué gran contra medida del Madrid!
Y hasta ahí el Real Madrid-Villarreal, porque la segunda parte fue, de nuevo, dominada por los de Mourinho, con algunas llegadas de los blancos y con un visitante algo más metido en el partido, aunque haciendo muchas faltas.
Pero si hubo algo con lo que me quedo del segundo tiempo fue con las ovaciones del fortín de Chamartín. Un Bernabéu en pie fue ovacionando sucesivamente a los que fueron abandonando el césped, empezando por Di María, seguido por Benzema y, como no, por Xabi Alonso, que, sorprendentemente, fue cambiado por Coentrao y los aficionados hasta corearon el nombre del internacional español. Pero no sólo eso: el estadio blanco también tuvo tiempo de ovacionar a uno que entró, pero que vestía de amarillo, al gran Marcos Senna. Y es que en el Bernabéu se aprecia la calidad, aunque no luzca la camiseta blanca.
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