Karim Benzema llegó, vio y casi venció. Me explico: el francés llegó a Gerland, vio la portería y marcó. Tan sólo necesitó un minuto en el campo para hacer el gol blanco. Lástima que el Olympique de Lyon empatara en los últimos minutos en una jugada con fortuna, y sin merecerlo, por lo poco que hicieron los galos en la segunda parte. Pero, ¿qué les voy a decir? ¡Esto es fútbol!
Benzema recibió la ovación de Gerland, justo un minuto antes de enmudecer al estadio que le vio crecer como futbolista, y tras dos tiros al larguero en dos minutos, uno de Cristiano Ronaldo de lanzamiento de falta y otro de Sergio Ramos de cabeza. Eso sí, mejor no hablo del penalti escandaloso que no pitó el árbitro a favor del Madrid, por mano gala en el área del Olympique, porque tal vez hubiese cambiado el rumbo del partido. Eso nunca lo sabremos.
Lo que sí sabemos es que Özil volvió a estar, una vez más, grande: se deshizo de todo defensa que se le puso por delante para dar el pase perfecto a Karim en la jugada del gol. He de reconocer que, en otros tiempos, yo hubiese pensado que, si lo tiraba el galo, el balón no acababa en la red. Pero esta vez me demostró que me equivocaba. ¡Bien por Benzema! Tuvo la elegancia y la sutileza de esperar el momento perfecto, buscar el hueco y golpear el cuero casi cayéndose y por inercia, y pasándoselo por debajo de las piernas al portero. ¡Magistral!
En los pocos minutos que estuvo en el césped le salía todo al francés, hasta un pase de espuela a Cristiano Ronaldo, con sombrero incluido. La verdad es que lo hubiese esperado de cualquier jugador menos de él, pero me alegra comprobar que algo está cambiando en este jugador. De hecho, lleva dos goles en dos partidos en tres días: en Liga ante el Levante y en Champions frente al Olympique.
Tiene que estar contento Mourinho con Adebayor. Sí, leen bien, con Adebayor, o más bien con su llegada al Madrid, ya que desde que el togolés viste de blanco Benzema está extra-motivado, y eso se nota en su entrega. Ahora es más luchador y rinde como cualquiera. Es el jugador que siempre quisimos ver. Sobre todo Florentino, que celebró el gol como un madridista más.
En definitiva, por fin el Madrid no perdió en Lyon ante su bestia negra de la Liga de Campeones. Por fin fueron capaces de marcar un gol en Gerland. Y, por fin, desde la temporada 2003-2004, los de Mourinho pueden estar de nuevo en unos cuartos de final de Champions, aunque para eso hay que esperar dos semanas. Mejor no adelantar acontecimientos. Paso a paso…