Estamos en las horas previas a un nuevo Clásico, el más importante de los que ha habido hasta ahora en esta temporada. Y, ¿por qué es el más importante? Porque es en el que más se juega el Real Madrid, y no me refiero a pasar a las semifinales de la Copa del Rey, que también, sino, y sobre todo, a darle un lavado de cara a la imagen dada en la ida.
Señores, yo nunca he sido una persona bélica ni conflictiva, más bien todo lo contrario, siempre he sido de “paz y amor y el Plus pa’l salón”, pero hoy toca sacar ese coraje, esa vena bélica y morir matando en el campo. Dar la verdadera imagen de mi Madrid: el que no se rinde, el que lucha hasta el final, pero sin agresividad, sin violencia, -¿sin Pepe?-…Pues eso, morir matando con juego, buen juego, con goles, con un gran espectáculo futbolístico, que es lo que esperamos todos los madridistas, porque equipo hay de sobra para hacer frente al Barça, siempre lo ha habido, sólo nos lo tenemos que creer, empezando por los jugadores.
Señores, yo nunca he sido una persona bélica ni conflictiva, más bien todo lo contrario, siempre he sido de “paz y amor y el Plus pa’l salón”, pero hoy toca sacar ese coraje, esa vena bélica y morir matando en el campo. Dar la verdadera imagen de mi Madrid: el que no se rinde, el que lucha hasta el final, pero sin agresividad, sin violencia, -¿sin Pepe?-…Pues eso, morir matando con juego, buen juego, con goles, con un gran espectáculo futbolístico, que es lo que esperamos todos los madridistas, porque equipo hay de sobra para hacer frente al Barça, siempre lo ha habido, sólo nos lo tenemos que creer, empezando por los jugadores.
Toca decirle adiós al complejo de inferioridad, a la moral minada ante la impotencia de no saber cómo ganarles, porque algún día, señores, algún día tiene que ser el primero, y ¿por qué no hoy? No perdamos la esperanza, que tiempo para felicitar al rival y para reconocer nuestros errores habrá tras el partido, si fuera necesario, pero ahora es el momento de estar más que nunca con el equipo, y decir hola valentía, pero con deportividad, sin racanería, ni cobardía, ni miedo, sin perder los papeles, sin desquiciarse, sin enajenaciones mentales, -¿sin Pepe?-. Bueno, pues eso.
Porque lo que no podemos tolerar los aficionados de este gran club es que se hable más de lo extradeportivo, y lo humillante y embarazoso que nos resulta a los madridistas ciertas acciones de Pepe o Coentrao o el propio Mourinho, que del partido en sí. Por eso espero que mañana se hable de un Madrid valiente, sea cual sea el resultado, como lo fue el Athletic en el Bernabéu el domingo o el Mirandés tanto en Cornellá como en Anduva. Toda una lección de lo que hay que hacer. Porque el Madrid es un equipo de señorío, y eso hay que conservarlo y demostrarlo en el campo, especialmente en ‘batallas’ como ésta.
En definitiva, y después de esta arenga, que el partido nos deje todo lo bueno del mejor fútbol del mundo, que es el que se hace en España. Ahora sí, que empiece el Clásico.
Porque lo que no podemos tolerar los aficionados de este gran club es que se hable más de lo extradeportivo, y lo humillante y embarazoso que nos resulta a los madridistas ciertas acciones de Pepe o Coentrao o el propio Mourinho, que del partido en sí. Por eso espero que mañana se hable de un Madrid valiente, sea cual sea el resultado, como lo fue el Athletic en el Bernabéu el domingo o el Mirandés tanto en Cornellá como en Anduva. Toda una lección de lo que hay que hacer. Porque el Madrid es un equipo de señorío, y eso hay que conservarlo y demostrarlo en el campo, especialmente en ‘batallas’ como ésta.
En definitiva, y después de esta arenga, que el partido nos deje todo lo bueno del mejor fútbol del mundo, que es el que se hace en España. Ahora sí, que empiece el Clásico.