Cada vez que veo la imagen de Iker Casillas parando el penalti a Di Natale, su cara de seguridad, desafiante incluso; a Cesc Fábregas marcando el último penalti; y al resto de jugadores corriendo por el campo como locos gritando y celebrando la victoria sobre Italia, se me ponen los pelos de punta. Recuerdo aquel 22 de junio de 2008, aquellos cuartos de final de la Eurocopa. Y recuerdo dónde lo vi: en un concierto en Las Palmas de Gran Canaria.
Bueno, más bien antes de que comenzase. Ya que Marc Anthony esperó a que concluyese el encuentro para subirse al escenario, casi 45 minutos más tarde de lo que debía, para que los más de 20.000 seguidores suyos y de La Roja pudiesen terminar de disfrutar, en dos pantallas gigantes, del partido en el que España pasó a semifinales, rompiendo su gafe de los cuartos y de Italia. Estos sí son dos pájaros de un tiro.
Bueno, más bien antes de que comenzase. Ya que Marc Anthony esperó a que concluyese el encuentro para subirse al escenario, casi 45 minutos más tarde de lo que debía, para que los más de 20.000 seguidores suyos y de La Roja pudiesen terminar de disfrutar, en dos pantallas gigantes, del partido en el que España pasó a semifinales, rompiendo su gafe de los cuartos y de Italia. Estos sí son dos pájaros de un tiro.
El cantante puertorriqueño se enfundó una camiseta de nuestra Selección y se sumó a la fiesta española como si fuera uno más. Bueno, más bien él terminó de liarla al son de ‘Valió la pena’. Y tanto que la valió…
Os preguntaréis, y estáis en todo vuestro derecho, que a qué viene todo esto. Pues es sencillo: viene por el partido que enfrentaba ayer a España e Italia en Bari. Un amistoso en el que nuestra Selección y la azzurra se volvían a encontrar después de aquel 22 de junio de 2008. Eso sí, de manera amistosa, o más o menos.
Todo empezó con el himno español. Y he de decir que los italianos nos “adoran”: cómo nos pitaban durante el himno, aunque después fueron camuflados por aplausos. Supongo que era normal tanta ira, ya que para ellos, más que un amistoso, era una vendetta. Y cuando comenzó el italiano, todo el mundo a cantar. A Buffon y Cassano se les hinchaba hasta la vena. Y no es para menos. Si algo ha dejado claro la Copa América es que el aficionado espera que sus jugadores se dejen la garganta durante el himno. Si no que se lo pregunten a Messi. Después de eso ya ningún jugador se la juega. Nunca mejor dicho. Por suerte, en España no tenemos ese problema.
Y del resto del partido, ¿qué queréis que os cuente? Todos lo habéis visto. La tetracampeona del mundo, con su ego herido, salió desde el inicio a por el partido, mientras España, y sobre todo su defensa, estaba a por uvas. Si al final va a ser verdad que se relajan en los amistosos, o al menos es lo que parece.
Os preguntaréis, y estáis en todo vuestro derecho, que a qué viene todo esto. Pues es sencillo: viene por el partido que enfrentaba ayer a España e Italia en Bari. Un amistoso en el que nuestra Selección y la azzurra se volvían a encontrar después de aquel 22 de junio de 2008. Eso sí, de manera amistosa, o más o menos.
Todo empezó con el himno español. Y he de decir que los italianos nos “adoran”: cómo nos pitaban durante el himno, aunque después fueron camuflados por aplausos. Supongo que era normal tanta ira, ya que para ellos, más que un amistoso, era una vendetta. Y cuando comenzó el italiano, todo el mundo a cantar. A Buffon y Cassano se les hinchaba hasta la vena. Y no es para menos. Si algo ha dejado claro la Copa América es que el aficionado espera que sus jugadores se dejen la garganta durante el himno. Si no que se lo pregunten a Messi. Después de eso ya ningún jugador se la juega. Nunca mejor dicho. Por suerte, en España no tenemos ese problema.
Y del resto del partido, ¿qué queréis que os cuente? Todos lo habéis visto. La tetracampeona del mundo, con su ego herido, salió desde el inicio a por el partido, mientras España, y sobre todo su defensa, estaba a por uvas. Si al final va a ser verdad que se relajan en los amistosos, o al menos es lo que parece.
Los de Del Bosque, prácticamente, no la olieron en toda la primera parte…y yo me preguntaba: pero ¿esto qué es?, pero ¿esto qué es?, como diría el gran Matías Prats. Supongo que ya no estoy acostumbrada a que España juegue mal y no toque el balón, aunque ésa es la tónica dominante en los últimos amistosos. Pero, como decimos todos, mientras en los oficiales no fallen, como si quieren hacer el pino-puente durante los amistosos…
Tras el gol italiano, el susto de verdad lo protagonizó, en el 14, Torres cuando pedía el cambio y entraba Llorente. El jugador del Chelsea sufrió una pequeña conmoción cerebral y decía sentirse desorientado…Más o menos como toda la Selección en la primera parte. Aunque, es verdad, no es un tema para bromear. Por suerte, tras el TAC parece que el ex-colchonero está bien. Y todos nos alegramos.
Tras el gol italiano, el susto de verdad lo protagonizó, en el 14, Torres cuando pedía el cambio y entraba Llorente. El jugador del Chelsea sufrió una pequeña conmoción cerebral y decía sentirse desorientado…Más o menos como toda la Selección en la primera parte. Aunque, es verdad, no es un tema para bromear. Por suerte, tras el TAC parece que el ex-colchonero está bien. Y todos nos alegramos.
En la segunda parte, España empezó a parecerse algo a sí misma y el mejor de los nuestros era Silva, que buscó su recompensa, pero, por desgracia, no la obtuvo. Lo que sí se evidenció es que sigue habiendo química entre Villa y el grancanario. Aunque he de confesar que echaba de menos las ausencias: a Ramos, Puyol...y ¡a Raúl!
En definitiva, que nos trajimos un 2-1 de Bari, en un partido muy malo de España, que terminó con algo bueno: al menos en los amistosos España ha mejorado. ¡Ya no nos traemos cuatro goles! Quien no se consuela...
En definitiva, que nos trajimos un 2-1 de Bari, en un partido muy malo de España, que terminó con algo bueno: al menos en los amistosos España ha mejorado. ¡Ya no nos traemos cuatro goles! Quien no se consuela...
Y ahora ya sí, por fin, a empezar a pensar en la Supercopa de España, y en la segunda camiseta del Madrid para la Champions, más bien en su color. Me encanta el rojo, pero ¿qué tiene que ver con el merengue? Vale, que el violeta, el azul y el negro tampoco, pero ¿rojo?...Ahora no seremos merengues sino gazpachitos...En fin, mientras nos dé resultado como si es rosa chicle...
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