Miércoles, 25 de abril de 2012. 23.25 horas. Cristiano Ronaldo rezaba y, un minuto más tarde, se arrodillaba esperando un milagro…Un milagro que no llegó…
Y esa reacción del 7 es normal teniendo en cuenta que la vuelta de la semifinal de Champions terminó de confirmar que el Bayern de Múnich sigue siendo la blanca bestia negra. Ni el espíritu de Juanito y ni siquiera ir al minuto 15 ganando por 2 a 0, ambos goles de Cristiano Ronaldo, contribuyeron a que el Madrid llegara, 10 años después, a una final de la Liga de Campeones.
Los de Mourinho volvieron a pecar, como ya hicieran en la ida en Múnich, de intentar aguantar el resultado; y de la misma manera que llegó el primer gol blanco lo hizo el de los alemanes: desde el fatídico punto de penalti. Y Robben se tomó su revancha, ¿o no?
Así que lo que comenzó siendo una fiesta se terminó transformando en nerviosismo, en una nueva santificación de Iker Casillas y en la confirmación de que Kaká no iba a ser el revulsivo del Madrid. Y si 90 minutos en el Bernabéu eran muy largos, 120 mucho más, sobre todo cuando llegaron a la ruleta de los penaltis, injusta con los dos Balones de Oro madridistas: tras marcar 27 penas máximas consecutivas Cristiano falló la más importante, y aunque el Santo blanco intentó enmendarlo con dos paradas, las ilusiones del Madrid se fueron muy alto...
Pero el madridismo y Mourinho ya pensamos en luchar la próxima temporada por llegar a esa ansiada final de Champions. “Voy a continuar”, dijo Mou tras el partido. Pues para continuar, y tras caer por segundo año consecutivo en la semifinal de la Liga de Campeones, a los madridistas ya sólo nos queda pensar en la Liga, y ojalá no tengamos que acabar rezando ni arrodillados esperando el milagro…
Los de Mourinho volvieron a pecar, como ya hicieran en la ida en Múnich, de intentar aguantar el resultado; y de la misma manera que llegó el primer gol blanco lo hizo el de los alemanes: desde el fatídico punto de penalti. Y Robben se tomó su revancha, ¿o no?
Así que lo que comenzó siendo una fiesta se terminó transformando en nerviosismo, en una nueva santificación de Iker Casillas y en la confirmación de que Kaká no iba a ser el revulsivo del Madrid. Y si 90 minutos en el Bernabéu eran muy largos, 120 mucho más, sobre todo cuando llegaron a la ruleta de los penaltis, injusta con los dos Balones de Oro madridistas: tras marcar 27 penas máximas consecutivas Cristiano falló la más importante, y aunque el Santo blanco intentó enmendarlo con dos paradas, las ilusiones del Madrid se fueron muy alto...
Pero el madridismo y Mourinho ya pensamos en luchar la próxima temporada por llegar a esa ansiada final de Champions. “Voy a continuar”, dijo Mou tras el partido. Pues para continuar, y tras caer por segundo año consecutivo en la semifinal de la Liga de Campeones, a los madridistas ya sólo nos queda pensar en la Liga, y ojalá no tengamos que acabar rezando ni arrodillados esperando el milagro…