Es tal el bombo que le hemos dado a los cuatro clásicos que nos esperan en 18 días que el primero de ellos se ha saldado con un empate a uno, y ambos goles de penalti. Eso sí, de quienes más se esperaban: de Messi, que nunca le había marcado a un equipo comandado por Mourinho, y de Cristiano Ronaldo, que no lo había hecho ante el Barça, y que ya ha abierto la lata. Esto le viene muy bien al luso, y a los madridistas, ante los clásicos que se avecinan, porque una vez hecho el primero, los otros llegarán solos.
Y hablando de madridistas, ya sé que hoy todos los aficionados blancos decimos lo mismo, pero es verdad: si Cristiano Ronaldo hubiera hecho lo que hizo Messi ayer, tirar el balón con mala leche al público, se hubiese desencadenado la Tercera Guerra Mundial. Todos estarían hablando de su actitud chulesca y del poco fair play que practica, los numerosos diarios valorarían si debían sancionarle o no, se harían debates sobre su comportamiento antideportivo, etc.
Pues con Messi hay que hacer lo mismo. Que encima se fue de rositas: ni siquiera vio la amarilla y el colegiado ni lo recogió en el acta. Me da igual que se llame Messi o Pepito Grillo, no debería ser intocable, y la vara de medir debería ser la misma para todos. Y más cuando después, con cara de payaso, intenta aparentar como que no ha hecho nada. Al menos ten las narices de si lo has hecho, admítelo, no intentes engañar, porque eso sí que Cristiano Ronaldo no lo haría. Y si estás desquiciado porque están jugando contra 10 y son incapaces de marcar, busca otra fuente de desahogo, pero no la cojas con el público del Bernabéu, que tuvo un comportamiento ejemplar.
Y al margen de esto, a mí el primer clásico me ha dejado buen sabor de boca de cara a los próximos tres. Porque el Madrid jugando con 10 siguió plantando cara a los de Guardiola, que, aunque no dominaron en ningún momento el balón, en las contras conseguían poner nerviosos a todos los culés, y tiraron más que el Barça a puerta.
Menos mal que Mourinho ya lo advirtió: “Prepararé los partidos jugando con 10”. Y no se equivocó. Una vez más el Madrid jugó con 10, y lo hizo muy bien, y el Barça, nuevamente, se fue de rositas porque Alves tenía que haber visto la segunda amarilla por el penalti sobre Marcelo y no la vio. Pero con un jugador menos, los merengues volvieron a sacar la casta que les caracteriza y le hicieron frente a los culés, una inyección de moral de cara a la final del miércoles.
Y otro punto positivo para los blancos: Villa sigue sin marcar, y ya van nueve partidos, menos mal que con España no le pasa, mientras sea con el Barça…Pero bien que de su sequía goleadora o crisis no se habla. Si fuera Benzema, Adebayor o el propio Cristiano ya estarían diciendo que su fichaje ha sido un fiasco. Pero bueno, es lo que tiene esto te usar diferente vara de medir. Y del árbitro mejor ni hablamos.
Sólo hay dos cosas que espero: que en los próximos clásicos haya más goles, más fútbol y menos polémica -aunque esto último es lo más difícil-; y, como no, poder estar el miércoles de madrugada honrando a la Diosa Cibeles.
Totalmente de acuerdo con tu entrada, en todos y cada uno de los puntos de vista.
ResponderEliminarVilla, como no marca, jugó al piscinazo durante tooodo el partido. Estuvo más pendiente del árbitro que del balón!
¡Gracias, Marti! Yo te apoyo plenamente en lo de Villa, pero también te digo, mientras marque con la selección, que no lo haga con el Barça...
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